Las estaciones

En un inicio todas las estaciones, casetas, apeaderos, andenes, depósitos y guardabarreras fueron construidos con el mismo estilo arquitectónico, a excepción de las estaciones de Almoines, Beniarjó y Gaianes, que se construyeron más tarde, y la de Alcoy, que era una estación de primera clase.

 

Las estaciones y casitas fueron construidas con un estilo clasicista europeizado y muy funcionalista, consistente en abaratar costes decorativos para invertirlos en calidad de materiales. La única decoración y signo identificativo muy característico está basada en los perfiles sobresalidos de puertas y ventanas en baldosa pintada de rojo y los sillares de piedra que se extienden desde los zócalos a la cornisa pasando por las esquinas.

Estación de Gandia

Estación de Lorcha

Las estaciones son edificios sobrealzados de una única planta, de base rectangular y con muros de mampostería (excepto la de Beniarjó, con dos plantas). Las estaciones más pequeñas tienen un techo simple de teja en dos aguas, mientras que las grandes tenían un techo de teja de tres cuerpos, con dos aguas en los tramos largos. La fachada principal cuenta con ventanas en los laterales y entre una y tres puertas de arco de medio punto, destinadas a dar salida a los viajeros en el andén y las vías. Todas las estaciones contaban, aparte de un cartel indicando el nombre de la población sobre la puerta de forma curvilínea, dos carteles rectangulares en los laterales y un reloj adosado a la pared. Los laterales de las estaciones, algunas de ellas con una ventana de arco de medio punto, tienen como elemento característico un óculo central en la parte superior que permite la ventilación y la iluminación. En su interior las estaciones solían contar con una sala de espera y taquillas, emplazadas junto a las puertas centrales del edificio, situándose en los laterales el despacho del jefe de estación y las oficinas.