Los barcos provenientes de Inglaterra descargaban su contenido en los almacenes de las dársenas del puerto de Gandia, recientemente restauradas, frente a las cuales había una vía que conectaba con una estación situada en la calle Ermita del Grau.

La estación, del mismo estilo que Gandia o Muro, después de ser utilizada como restaurante, estuvo abandonada durante más de 20 años; recientemente ha sido “restaurada” (no más que una capa de pintura en la fachada), se ha cerrado con cerradura y cerrojo y no se le ha destinado ningún uso; no es de extrañar el nulo interés de los políticos por nuestro patrimonio, pero alguna indicación de lo que representaba el edificio, un discreto cartel, no hubiera estado de más.